Haré de mi alma un roble de nobles pensamientos que el roce de tu piel queme a fuego lento. Y tus palabras, susurros en el viento, avivarán las llamas de mis sentimientos. Y asÃ, quemaré cuando te acerques, suave brisa, y me apagaré cuando te alejes y te niegues a alimentarme con tu aliento. Y me sentiré morir por tÃ, por tu libertad y la forma que tienes de desaparecer entre mis ramas, avivando las ascuas de mi corteza marchita.
Y asà un dÃa, cuando el fuego se apague y no quede qué quemar, rodeada de pena y ceniza; me daré cuenta de que mi corazón amaderado de fuertes y firmes raÃces sigue en pie. Y nuevas hojas brotarán de entre mis frágiles dedos, y mis ojos brillarán bajo la luz de un nuevo sol.
Y tu perfume, con la brisa, se enredará en mi cabello y buscará en mi pensamiento nuevas chispas que encender. Pero tus ojos, como el viento, son ciegos ya y no pueden ver.
Muy chulo el relato, te animo a que sigas publicando mas.
ResponderEliminarTrolex.
Gracias, eres un sol :3
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